martes, 29 de noviembre de 2016

Pablo Quiroga, un conocido de mi ciudad.

Conectado lector, le recuerdo, si no leyò los blogs anteriores, q un dìa recordè q tenìa un blog y volvì a escribir acà, ya q es una manera de mantener la mano caliente (en mi caso los dedos porq escribo desde un celular). De manera q esto me ayudarà a practicar mi escritura y tener un contacto màs directos con usted (dije q lo llamarìa asì hasta q entremos en confianza).
Hoy les contarè sobre algo q le ocurriò a Pablo Quiroga hace unos dìas atràs en mi ciudad. Èl estaba en lado oeste de la ciudad, muy cerca del rìo Parana, precisamente en la plaza central de la ciudad, q tiene como nombre Plaza Mitre.
Pablo atravesaba caminando la plaza distraidamente cuando de repente a un hombre q caminaba con apuro delente suyo se le cayò la billetera q tenìa en el bolsillo de atràs. La rocogiò del suelo, y gritò: "señor". El hombre de unos cuarenta años se dio vuelta, mirò para todos lados hasta q lo mirò:-Se le cayò la billetera. El hombre le respondiò:-Muchas gracias, pibe. En la billetera tenìa la tarjeta del banco y mi documento y pasaporte. Gracias eh, gracias. Y se alejò apresurado.
En cuanto Pablo, se sentò en un banco de la plaza y contemplaba en silencio la plaza. Observò a unos chicos sentados en un cantero con su patineta en el suelo. En una las cuatro esqina de la plaza habìa un policìa. Y disfrutando de la tarde padres primerizos con un bebe y un cochecito. Todo parecìa en calma.
Despuès pensò en la billetera q le devolvò al hombre. Si en el mundo hubiera màs persona como èl, reflexionaba Pablo para si mismo, porqe sabràn q hoy en dìa no te regalan nada,pero èl fue capaz de gritarle y devolverle la billetera. Si fuera otra persona se la hubiese guardado y luego gastarìa el dinero,pero no señor, Pablo es un buen ciudadano. Respondiò como un buen hombre, y mejor creo, ya q cree no solo gritò "señor" (¡y si hubiesen escuchado la voz con la cual gritò en medio de la plaza de seguro me felicitarìan! Bien entonado, buena postura de la voz.) ademàs trotò un metro. Obviamente èl no iba a dejar q se acercara,no, no, còmo iba a dejar q haga eso, èl se acercò y se la dio en la mano. Otra persona de seguro se qeda parado allì para q se acerqe el señor. ¡Si lo hubiesen visto trotar! Recuerda q  algunos pibes de su edad trotan como si estuvieran agarrados del piso, pero no, èl considera q  simpre tuvo estilo para trotar. Desde chico. Creame, pensaba. Uno nace con esa habilidad. Tenès estilo o no tenès. Y yo lo tengo. Tambièn nacès con la habilidad de devolver una billetera. Viene de familia. Desde chico mi mamà me decìa: "Ante todo la honestidad" ¡Pero q tipo honesto q soy! Ah, tampoco me vieron como me agachè a levantar la billetera. Cada uno tiene su tècnica,pero creo q la mìa es la mejor. Tomen nota, de verdad tomen nota  porq despuès le sale mal. Flexionan sus rodillas, tengan cuidado los q tienen algùn problema de cadera, y luego con la mano derecho (si sos zurdo claramente q usaras la mano izqierda) la estiras, antes de llegar a ella, abrìs la palma de la mano y luego cuando ya la tengas la cerras. Tomà mi tècnica q es ùnica y da resultado. No lo sabrè yo.
Despuèa de un rato, Pablo seguìa sentado en soledad en medio de la plaza. Pablo està seguro q le entregaràn el premio al mejor ciudadano del mes o quizàs pueda soñar con el de la paz, porq no cree q haya otra ser humano tan decidida a ayudar al pròjimo, a darle una mano en los momentos difìciles como lo hizo èl esa tarde. No, nadie estarìa dispuesto a hacer lo q hice. Soy ùnico. Es verdad q lo soy. Seguramente creeran q me miento a mì mismo o estoy exagerando. Para nada, no hay exageraciòn en lo q hice. Sepa q soy especial y diferente. Seguramente habrà personas q hayan hecho lo mismo q yo, pero no creo q mejor q yo. Estoy muy seguro. Creame, por favor. Soy ùnico y diferente. No me lea con esa cara. Por què no pensar q soy diferente cuando no todos harìan echo lo q yo hice y la gran mayorìa se llamarìa al silencio. Escuchemè, mi familia siempre me enseño a ser buena persona. No piense q estoy buscando llamar la atenciòn y qerer ser alabado como un dios por lo q hice. ¡Usted no harìa lo q hice yo! ¡Nadie podrìa hacerlo! ¡Soy especial! ¡Soy ùnico! Todos me qieren, todos me adoran... Porq si no es asì el hombre no me hubiese dado las gracias. Pablo se ponìa cada vez más exaltado: acaso creen q soy un ser humano comùn y ordinario. ¡Q qede muy claro q no lo soy! Tengo habilidades ùnicas q me hacen diferentes y superior a los demás. ¡Claro q soy superior! Y no crean q esto sea una manera de encubrir mi mediocridad, mi falta de confianza sobre mi mismo y todo ese discurso psicològico de programa de las cuatro de la madrugada. ¡No! Solamente qiero q reconozcan q hoy actuè como lo hacen los mejores. Y si no lo hacen, ¡no me importa! Tengo la conciencia plena de lo q hice. No estoy qeriendo llamar la atenciòn, no estoy buscando amor,no estoy buscando q me qieran....
Pablo qedò en silencio mirando la nada. Los padres primerizos se iban, los chicos se fueron rodando, y hubo un cambiò de turno de policìa. El solitario Pablo esperò a q alguien lo felicitaria pero nadie habìa visto lo q hizo, nunca nadie lo veìa.

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