viernes, 13 de agosto de 2021

Pasando en limpio: diario personal

Pasando en limpio
Es otro día más en el planeta que convive con el coronavirus. Es otro día más en el que octi no está con nosotros. 
Abrí un ojo. Después otro, escuché que Nube lloraba. No me levanté. Betu se levantó a darle de comer y abrió la puerta para que la perra salga al patio. Subí la frazada hasta la cabeza. La bajé, miré con un ojo la ventana y todavía estaba oscuro. No había amanecido. No quise ni preguntar la hora que era. Me tape de nuevo hasta la cabeza para no sentir el frío. 
Respiré hondo y me di cuenta que estaba resfriado. El resfrío que tengo siempre por la mañana cuando duermo la noche anterior destapado hasta el pecho. Me muevo hacia el costado y me pongo en modo fetal. No está bueno usar esa palabra. Muchos recuerdos paralelos que no voy a nombrar.
Después de un rato agarré el teléfono y estuvo bastante tiempo en la cama hasta que agarrara coraje para enfrentar el frío. Me levanté, me preparé un café con leche muy caliente, me senté a leer un poco así me puedo poner a estudiar. Las masitas estaban muy dulce así que no le puse azúcar al café. Al terminar tuve que ir por un vaso de agua porque la dulzura todavía la sentí en la boca. Era rica las masitas, pero al comer muchas a la vez era muy dulce. 
Mi cuerpo se acostumbró a la brisa fresca. Aunque el horno y las hornallas prendidas volvieron al comedor y cocina bastante cálida como para comenzar la mañana.

En estos tiempos de cuidarse me acordaba la idea de “no salvarse”. Los poetas de antes hablaban mucho sobre no caer en la comodidad, en la salvación, en la cultura del bienestar. Claramente era otra época donde uno podía confiar en su cuerpo ya que no había una plaga circulando por cualquier parte del mundo. Entonces los poetas agitaban la idea de no salvarse, de ir por todo, de ir contra lo establecido, el estado, la policía, contra cualquier que pudiera poner autoridad. Ahora eso no es posible porque es el cuerpo el que se está degradando y los límites lo pone un virus. ¿Cómo enfrentamos un virus? No sé. No tengo respuestas. Lo que sí estoy seguro es que no hay otra manera que tener paciencia. En algún momento se terminará por lo que cada uno debe prepararse en lo suyo para cuando el mundo se abra otra vez. Pero creo que no hay otra cosa que tener paciencia y trabajar sobre uno mismo, pensar en lo que quiere uno de sí mismo, o en lo que quiere progresar o en lo que quiere ser y hacer. Y después tener paciencia. Observar todo lo que pasa a nuestro alrededor, las decisiones que se toman para enfrentar esto. Observar cómo nos dejó esto, o nos dejará, cuáles serán las consecuencias mentales o físicas. Observar las posibilidades que nos dejará todo esto para desenvolvernos en nuestras vidas lo mejor que podamos. No será fácil porque vamos a quedar rotos. No tengo dudas, por eso tener la paciencia suficiente para rearmarnos. Y no hablo solo en sentido espiritual, sino también material. El panadero deberá rearmarse, el kiosquero, el verdulero y el obrero de cualquier área. Yo hoy opto por la paciencia, aunque a veces existan muchas ganas de tirar la toalla. 

P. D 1: Todo lo anterior no lo digo de manera ingenua. Estamos sufriendo y soy consciente, pero la única manera de seguir es tener paciencia para luego actuar. Mientras tanto observar, imaginar, planificar. Ufff, parezco un pastor.
P. D 2: Me quedé seco mentalmente. Bueno, creo que lo importante es recordar los objetivos. Son pocos pero los tengo que cumplir. ¿qué seríamos sin objetivos, o sueños o algo que está allá en el futuro, en el mañana? Creo que nada. 
P. D 3: la idea es siempre escribir entre ochocientas y mil palabras. Claramente no estoy llegando. Me acuerdo que antes me ponía muy exigente en llegar a las mil palabras por eso empezaba a escribir sobre como no me sale escribir hasta llegar a las mil palabras. Entonces decía todo lo que se me dificultaba, los temas difíciles de abarcar, las excusas, los problemas, las herramientas que me faltan. Bueno decía todo eso y llegaba. Ahora quiero tener una poco de dignidad y no hacer esa “lloriqueo”. Así que voy a dejar de escribir ahora. 

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