lunes, 16 de agosto de 2021

Pasando en limpio: diario personal

Pasando en limpio
Es otro día más en el planeta que convive con el coronavirus. Es otro día más en el que octi no está con nosotros. 
Ayer fue domingo de día del niño. También existe una nueva manera de nombrarlo: niñez. No voy a darle más entidad que esa. Cambió de nombre. Seguimos cambiando palabras pero no seguimos cambiando la realidad material de los pibes. Agenda única para el peronismo, pero no para este gobierno bastante pecho frío. 
Ayer fue domingo de día del niño. A betu se le dio por ir a pasear. Era un día muy hermoso, la verdad. No se lo iba a negar. Hace mucho tiempo que no salía a pasear no solo por la pandemia, o la cuarentena, o el miedo al virus, sino porque la verdad no tenía la mínimas ganas. En ese momento consideré que peor podía ser quedarse encerrado en este día.
Había gente, mucha gente. En auto, en moto, en bicicletas, en las plazas en las calles, en los bares. Es un poco absurdo la salida exagerada como expliqué en mi post anterior (fue una exageración cerrar todo de golpe como también es una exageración abrir de todo de golpe). Nosotros andábamos en moto. Después de un rato empecé a sentir incredulidad. No podía entender que la gente esté bien yendo de un lado hacia otro, estando comiendo en los bares, sentía una especie de mentira. Sentía que todo estaba exagerando y que de verdad ninguno estaba disfrutando tanto amontonamiento de gente. Tanta pero tanta gente pegada una a la otra. Tal vez era solo yo que fue ver mucha gente de golpe pero me pregunté seriamente ¿realmente todos querían estar ahí (en las plazas, en los juegos, esperando para comer en los restaurantes, en los patios de comida, en los carritos, para los almohadones de azúcar, para las manzanas verdes)? Cuando pasaba el tiempo me daba cuenta que el que estaba incómodo era yo. Nadie más que yo. 
Fuimos a la casa de mis viejos. Estaba mis sobrinos, mis primos, mis hermanos. Aguantamos todo lo que pudimos y luego nos fuimos. 
Antes de dormir pensé que no fue un día tan malo. La pasamos como lo mejor que pudimos. 

Escuché un ruido. Nube quería salir, entró por la ventana el gato negro, se fue, entró la gata blanca, comió, se fue y nube se fue. Después de un rato lloraba para entrar. Me dormí. Dije algo en voz alta. Estaba soñando. Lloré, me desperté, betu me escuchó. No quería contarle lo que soñé. Después de un rato me preguntó que dije. Le conté mi sueño. En el sueño había llorado. 
No podía dejar de pensar que todas las emociones que sentí durante el día lo soñé esa noche. A una amiga de mi hermano, como en un camping, mientras mi hermano contaba algo que no me interesaba y la amiga lo escuchaba. Yo veía como un cerdo chico se tiraba al agua y luego flotaba sobre el agua. No quiero contar todo. En el sueño, le contaba a esta piba sobre Octavio. Me hacía bien. Mientras le contaba hubo mal entendidos. Tuve que explicar nuevamente. Apareció betu interpelando a la piba por un comentario, por lo cual mi explicación tuve que ser más larga y más específica. Lloraba mientras contaba, me sentía bien, sentía ternura, pero también una tristeza enorme. 
Hay días que serán así. No queda otra que resistir a la locura de querer olvidar todo y la locura de querer recordar todo. Ya habrá un momento en que mi cabeza, en mis emociones más profunda puedo realizar la mejor de las síntesis de mi gran pérdida. Mientras tanto sigo transitando el dolor de la pérdida más preciada. Sí, puede ser que sea un luchador. Tal vez uno de los mejores. Aún así qué dolor enorme se puede sentir a veces. Y nada hay que aceptar al inconsciente, a los sueños, y a las pesadillas. 
Esa misma noche que yo soñé, betu soño con su abuela que falleció este año. Betu tiene directamente pesadillas. Yo no o al menos no me asusta simplemente vivo los sueños. Son sueños muy fuertes que dueles, no me asustan, pero siempre me despierto llorando. Me dejo llevar, peor de lo que estoy no me va a hacer. 
P. D: no quería hablar de esto. Pero fue algo muy fuerte. Son consecuencias que atravieso después de una tragedia. Cada uno tendrá sus consecuencias. Estas son las mías. 
P. D 2: existe una “estrategia” argumental de la narrativa que se llama “ex – machin”. En mi vida, no existe eso. No estoy esperando que algo venga desde afuera (aunque inconscientemente lo desee por ser un simple ser humano que vive en una sociedad, con su cultura metafísica religiosa, etc.) y me salve. Aunque inconscientemente lo pueda desear, sé que no va a pasar. Por eso, creo que lo mejor que se puede hacer es tomarse todo el tiempo, el tiempo en un sistema capitalista es poder, aunque existan personas que te apuren a estar bien. Yo me tomaré todo el tiempo que me tengo que tomar. 

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